El Diccionario de la Lengua Española define la palabra “proceso” como:
• Acción de ir hacia adelante.
• Método o modo de hacer algo.
• Conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial.
Estas definiciones están relacionadas con el progreso o la evolución en diversos contextos.
Situémonos en el contexto personal del ser humano: en el crecimiento y aprendizaje diario, o, simple y sencillamente, en las metas que queremos lograr. Todo inicia con un pensamiento que se mueve internamente para generar una emoción y, de esta, una acción como respuesta. Eso es un proceso interno que, desde ese punto inicial hasta el momento de alcanzar tu objetivo, pasa por ciertas etapas para llegar al resultado final. Desde ahí, iniciará otro proceso. Es por eso que estamos en procesos constantes a lo largo de nuestra vida.
En mi propia experiencia trabajando en centros y clínicas de tratamiento contra las adicciones, me ha interesado mucho el estudio de los procesos de cambio en las personas: cómo se generan, qué evita que ocurran y qué beneficios se observan en la persona al disfrutar de su proceso hasta lograr su resultado final. Por ejemplo, entre 2022 y 2023 logré entrevistar a alrededor de 100 personas que ingresaron de manera voluntaria a rehabilitación, y el 90 % de ellas habían sido movidas por la culpa que les generaban los problemas consigo mismas y con sus seres queridos.
Por lo tanto, pienso que un proceso de rehabilitación o de sanación se genera de manera natural en la persona a través de sus pensamientos y emociones, y, sin duda alguna, también por factores externos que despiertan en la persona la consciencia necesaria para iniciar dicho proceso.
Dependiendo del proceso por el que estés pasando, comprender las etapas que vivirás es fundamental para afrontarlo con consciencia y de una mejor manera. Por ejemplo, el duelo tiene etapas, la recuperación de sustancias también, y esto se puede observar en diferentes modelos, como el más conocido en el ámbito de las adicciones:
El ciclo de Prochaska y DiClemente.
También existen otros, como el ciclo de la experiencia de Joseph Zinker, que explica las fases y las resistencias de una persona en terapia.
Las barreras para que un proceso sea exitoso varían dependiendo de la situación. Algunos ejemplos incluyen:
• Negación.
• Miedo al cambio.
• Estigmas y vergüenza.
• Soberbia.
• Autoengaño.
Sin embargo, los beneficios del proceso de transformación son, sin duda alguna, maravillosos. Estos van desde el crecimiento personal y la mejora de la salud mental y emocional, hasta el fortalecimiento de relaciones, entre un sinfín de beneficios más, dependiendo del área de transformación y el proceso por el que estés pasando.
Un proceso requiere energía, tiempo y disciplina. No es fácil; por el contrario, es una situación compleja. Existe una frase que dice: “Si no duele, no sirve”. Esta transformación, para mí, es comparable con el barro que, al ser moldeado, debe pasar por fuego. Sin embargo, el resultado final —alcanzar tus metas y crecer como persona— siempre valdrá la pena. Lo importante es aprender, crecer y seguir adelante.
Escrito por: Óscar Cordova, psicoterapeuta
