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El Papel de la Familia en Mi Recuperación: Un Camino de Sanación y Reencuentro

Hablar de la familia en mi proceso de recuperación trae consigo sentimientos encontrados. Tanto durante mi pasado en consumo como en estos siete años de sobriedad, he experimentado que la relación con la familia puede ser uno de los mayores retos, aunque también es una de las partes más fundamentales del proceso. Hoy, puedo afirmar que los vínculos con mi núcleo familiar —mis padres, mi hermana y mis hijas— se han fortalecido significativamente. Hemos construido confianza, comunicación y, sobre todo, amor. Pero este camino no ha sido fácil. Para llegar aquí, fue necesario sanar heridas del pasado, superar la desconfianza y enfrentar las desilusiones que surgieron durante mi etapa de consumo. Un aspecto clave en mi proceso de recuperación fue aceptar que tenía un problema. Reconocer esta realidad me permitió empezar a trabajar en las heridas que cargaba desde la infancia. Este esfuerzo no lo hice solo. Mi involucramiento personal, combinado con el apoyo de mi familia, fue crucial. Participamos juntos en sesiones familiares y en terapias individuales y grupales, lo que nos ayudó a reconstruir los lazos rotos. La recuperación me enseñó que, más allá de dejar el consumo, deseaba una relación más cercana y significativa con mi familia. Quería disfrutar de su compañía, estar presente y ser responsable dentro de nuestro entorno. Sin embargo, entendí que este cambio no podía ocurrir de la noche a la mañana. Requirió tiempo, perseverancia y, en mi caso, fe en mi poder superior para aceptar las cosas que no podía controlar. Aunque a lo largo del proceso surgieron situaciones difíciles y desacuerdos, ahora puedo abordarlos desde una perspectiva más clara. El diálogo abierto y honesto nos ha permitido solucionar los conflictos de manera más constructiva. Hoy, como padre, comprendo la importancia de mantener una relación sana con mis hijas. Ser un padre presente, escucharlas, buscar el entendimiento mutuo y esforzarme por hacerlo bien son mis prioridades. Entender que una relación familiar requiere tiempo, esfuerzo y empatía ha sido una de las mayores lecciones de mi recuperación. Solo por hoy, amo a mi familia y agradezco cada paso de este camino compartido. Escrito por: Aner Molina Mojardín, consejero en adicciones y terapeuta Guestalt.

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El Duelo por la Adicción: Comprendiendo y Sanando las Pérdidas Asociadas al Consumo

El consumo, las salidas y las desveladas suelen construir una personalidad y una esencia que, en su momento, se perciben como parte significativa de uno mismo. Sin embargo, al dejar de consumir, muchas personas experimentan una sensación de pérdida, como si una parte esencial de ellas mismas hubiera desaparecido. Esto puede provocar un estado de vulnerabilidad emocional, una “cuerda floja”, en la que creen que su vida nunca será igual. Ese vacío, esa sensación de que algo falta en la cotidianidad, está relacionado con la pérdida de una esencia: la esencia de la adicción. Este proceso puede manifestarse como ansiedad, tristeza, irritabilidad o incluso depresión, ya que el consumo muchas veces cumplía funciones emocionales o sociales importantes. Reconocer y abordar estas pérdidas es fundamental para avanzar hacia una recuperación sostenible. Los tres duelos de la adicción Dejar una adicción implica enfrentar tres duelos principales: 1. La sustancia de elección Renunciar a una sustancia no solo significa dejar de consumir, sino también confrontar las razones emocionales y biológicas detrás de su uso. Aunque los usuarios a menudo reconocen los efectos negativos de la droga, pueden tener dificultades para desprenderse emocionalmente de ella. Esto se debe a factores biológicos del cerebro y al peso de las emociones sobre la lógica. La entrevista motivacional y herramientas como el uso de pizarrones son estrategias útiles para confrontar motivaciones y resistencias. Estas técnicas ayudan a los usuarios a identificar las razones detrás de su consumo y a desarrollar estrategias para superarlo. La paciencia y la empatía de los terapeutas son esenciales, ya que el cambio es un proceso lleno de retos y posibles retrocesos. 2. El “personaje” asociado al consumo La adicción no solo afecta el cuerpo y la mente; también crea una identidad vinculada al consumo. Este “personaje” se desarrolla en función de los compañeros de consumo, proporcionando un sentido de pertenencia y reconocimiento. Trabajar en este aspecto implica ayudar a la persona a diferenciarse de esta identidad y a comprender que sus compañeros ya no comparten los mismos objetivos. Para sostener la abstinencia, es necesario estructurar un nuevo estilo de vida que reemplace el entorno de consumo. Este proceso puede ser arduo, especialmente para aquellos con años de consumo, pero es crucial para recuperar el control sobre la propia vida. 3. Los compañeros de consumo Los compañeros de consumo juegan un papel fundamental en la vida de los adictos, ofreciendo aceptación y contención. En muchos casos, estos grupos crean vínculos sólidos, especialmente en contextos marginales o entre jóvenes. Sin embargo, estas relaciones suelen perpetuar hábitos dañinos, dificultando el proceso de rehabilitación. Alejarse de estos entornos es clave para reducir la presión social y avanzar en la recuperación. Aunque este paso puede ser especialmente desafiante, es esencial para construir una vida lejos de la adicción. Pasos para enfrentar el duelo por consumo 1. Reconocimiento de la pérdida: Acepta que la adicción ha dejado huellas significativas en tu vida, ya sea a nivel emocional, físico, social o financiero. 2. Buscar apoyo: Habla con amigos, familiares o profesionales que puedan acompañarte en este proceso. Grupos de apoyo y terapeutas especializados son recursos valiosos. 3. Permitir el duelo: Deja que tus emociones fluyan. Sentimientos como tristeza, culpa o frustración son parte del proceso y deben ser procesados de forma saludable. 4. Reflexión y evaluación: Examina los motivos detrás de tu adicción y cómo esta afectó tu vida. Este paso puede ser clave para identificar áreas de crecimiento personal. 5. Crear nuevas rutinas: Sustituye el comportamiento adictivo con actividades positivas como ejercicio, hobbies o meditación. 6. Perdón y autocuidado: Sé compasivo contigo mismo y perdónate por los errores del pasado. Practica el autocuidado para fortalecer tu bienestar emocional. 7. Prevención de recaídas: Identifica los desencadenantes y desarrolla estrategias para enfrentarlos. 8. Paciencia y tiempo: Reconoce que este es un proceso gradual. Celebra cada logro, por pequeño que sea, y avanza a tu propio ritmo. Un enfoque integral para la recuperación El duelo por consumo requiere un enfoque comprensivo y estructurado. Si sientes que estás luchando solo, no dudes en buscar el apoyo de un profesional especializado. Con paciencia, empatía y compromiso, es posible superar estas pérdidas y construir una vida libre de adicciones. Escrito por: Aneth Gómez

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Negación, Autoengaño y Manipulación: Las Conductas Claves en la Personalidad Adictiva

Durante estos 11 años atendiendo pacientes con problemas de adicción, he notado que, en su mayoría, comparten una serie de características comunes. Cuando consulto con las familias sobre las conductas del enfermo, es habitual que comenten: “Parece que lo conoces de toda la vida”. Esto se debe a que, aunque las razones por las cuales un individuo consume por primera vez pueden ser multifactoriales, los cambios conductuales y el camino hacia el abismo suelen ser comunes para quienes tienen una adicción. Una personalidad adictiva se caracteriza principalmente por tres conductas clave: La irresponsable negación La negación ayuda al enfermo a mantener su obsesión por el consumo oculta y a minimizar cualquier problema que evidencie su falta de control. Como bien sabemos, la negación es el primer síntoma de la adicción. Esta conducta mantiene al individuo en las sombras, evitando reconocer su enfermedad y perpetuando el consumo. El autoengaño El sistema de recompensa cerebral del adicto necesita que el consumo continúe, y el cerebro elabora continuos autoengaños como: “Yo puedo dejar la droga cuando quiera” o “Esta es la última vez”. El autoengaño es un mecanismo de defensa que evita enfrentar emociones como culpa, vergüenza, angustia, tristeza o decepción. Estas emociones son detonantes naturales de un proceso de conciencia que el enfermo no está dispuesto a experimentar, ya que reconocerlas lo obligaría a aceptar su enfermedad, responsabilizarse y, en consecuencia, tomar medidas para dejar de consumir. La manipulación Esta conducta es una de las más destructivas, ya que su finalidad es meramente egoísta: conseguir una dosis más. El cerebro del enfermo se obsesiona tanto con esta necesidad que está dispuesto a decir, hacer o provocar cualquier cosa para lograrlo. El adicto estudia a las personas de su entorno para manipularlas de manera efectiva. Lamentablemente, el amor profundo de los familiares termina por convertirlos en cómplices involuntarios, facilitando el consumo con la creencia de que están haciendo lo correcto. El impacto en la familia Como familia, también enfermamos y repetimos las mismas conductas del adicto. Estas se manifiestan de las siguientes maneras: • Negación: “Mi familiar no tiene un problema; solo está pasando por una etapa”. • Autoengaño: “Sí toma o se droga, pero no es un vago de la calle”; “Los amigos tienen la culpa”. • Manipulación: “Te regalo un carro si dejas de drogarte”; “Qué va a ser de ti cuando yo no esté”. Estas actitudes, aunque bien intencionadas, solo perpetúan el problema. Sin darnos cuenta, nos convertimos en facilitadores del consumo, creyendo que estamos ayudando. La solución Lo recomendado es buscar ayuda con profesionales de la salud mental: psiquiatras, psicólogos, terapeutas y grupos de autoayuda. Estas herramientas son fundamentales para romper el ciclo de la adicción y sanar tanto al individuo como a su entorno familiar. Escrito por: Alejandro Jiménez, terapeuta

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Todo en la vida es un proceso

El Diccionario de la Lengua Española define la palabra “proceso” como: • Acción de ir hacia adelante. • Método o modo de hacer algo. • Conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial. Estas definiciones están relacionadas con el progreso o la evolución en diversos contextos. Situémonos en el contexto personal del ser humano: en el crecimiento y aprendizaje diario, o, simple y sencillamente, en las metas que queremos lograr. Todo inicia con un pensamiento que se mueve internamente para generar una emoción y, de esta, una acción como respuesta. Eso es un proceso interno que, desde ese punto inicial hasta el momento de alcanzar tu objetivo, pasa por ciertas etapas para llegar al resultado final. Desde ahí, iniciará otro proceso. Es por eso que estamos en procesos constantes a lo largo de nuestra vida. En mi propia experiencia trabajando en centros y clínicas de tratamiento contra las adicciones, me ha interesado mucho el estudio de los procesos de cambio en las personas: cómo se generan, qué evita que ocurran y qué beneficios se observan en la persona al disfrutar de su proceso hasta lograr su resultado final. Por ejemplo, entre 2022 y 2023 logré entrevistar a alrededor de 100 personas que ingresaron de manera voluntaria a rehabilitación, y el 90 % de ellas habían sido movidas por la culpa que les generaban los problemas consigo mismas y con sus seres queridos. Por lo tanto, pienso que un proceso de rehabilitación o de sanación se genera de manera natural en la persona a través de sus pensamientos y emociones, y, sin duda alguna, también por factores externos que despiertan en la persona la consciencia necesaria para iniciar dicho proceso. Dependiendo del proceso por el que estés pasando, comprender las etapas que vivirás es fundamental para afrontarlo con consciencia y de una mejor manera. Por ejemplo, el duelo tiene etapas, la recuperación de sustancias también, y esto se puede observar en diferentes modelos, como el más conocido en el ámbito de las adicciones: El ciclo de Prochaska y DiClemente. También existen otros, como el ciclo de la experiencia de Joseph Zinker, que explica las fases y las resistencias de una persona en terapia. Las barreras para que un proceso sea exitoso varían dependiendo de la situación. Algunos ejemplos incluyen: • Negación. • Miedo al cambio. • Estigmas y vergüenza. • Soberbia. • Autoengaño. Sin embargo, los beneficios del proceso de transformación son, sin duda alguna, maravillosos. Estos van desde el crecimiento personal y la mejora de la salud mental y emocional, hasta el fortalecimiento de relaciones, entre un sinfín de beneficios más, dependiendo del área de transformación y el proceso por el que estés pasando. Un proceso requiere energía, tiempo y disciplina. No es fácil; por el contrario, es una situación compleja. Existe una frase que dice: “Si no duele, no sirve”. Esta transformación, para mí, es comparable con el barro que, al ser moldeado, debe pasar por fuego. Sin embargo, el resultado final —alcanzar tus metas y crecer como persona— siempre valdrá la pena. Lo importante es aprender, crecer y seguir adelante. Escrito por: Óscar Cordova, psicoterapeuta

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Importancia del cuidado del cuerpo

El cuerpo es el medio para interactuar con el entorno, de las funciones del mismo dependerá esta experiencia, si el cuerpo no funciona o está en mal estado se verá mermado dicha interacción, el cuerpo necesita cuidados y conciencia de él, esta conciencia se puede perder a través de los procesos compulsivos como las adicciones, el no identificar las emociones el perdernos en los pensamientos, entre otras situaciones, el consumo de drogas distorsiona las funciones de los sentidos, los sentidos están en el cuerpo físico en forma de órganos son la vista, el oído, el tacto el gusto y el olfato, sin estos órganos el contacto con el entorno y la realidad fallara. Como cuidar el cuerpo, desde la conciencia podemos iniciar rutinas sanas, en estas rutinas debemos tener en cuenta la alimentación balanceada donde se incluyan los elementos necesarios para nutrirnos desde los alimentos incluyendo proteínas, minerales, vitaminas, obteniéndolos de verduras cereales, carnes variadas por mencionar algunos fuentes de alimentación, se debe tener atención al descanso, el sueño es una parte importante del cuidado entre 7 y 8 horas de sueño dependiendo de la persona, edad y actividades diarias, la atención en lo que pensamos, ya que de ahí derivan emociones y acciones, los pensamientos pueden generan estrés. Yo, como terapeuta y desde mi experiencia en el trabajo de procesos compulsivos recomiendo estar muy atento a lo que pasa en el cuerpo. La práctica consciente del uso de los sentidos el ejercitar el cuerpo el ejercitar la mente y el manejo consciente de las emociones esto implica definirlas para identificarlas y poder sacar, provecho a los recursos que si tenemos. Escrito por: Isaac Martínez, psicoterapeuta.

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Los sentidos del cuerpo y el contacto con la realidad

Entre los temas más recurrentes en la recuperación de las adicciones esta la conciencia, esta palabra muchas veces no la entendemos y generamos ideas no correctas referente a ella y sobre todo el saber cómo se obtiene, la importancia de esta y el beneficio que brinda a nuestra vida, el poder entender que la conciencia y al realidad van de la mano nos lleva a la búsqueda de las herramientas adecuadas para obtenerla, los sentidos del cuerpo físico son el medio para esta labor, la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto son esas herramientas con las que contamos para dicha tarea, atreves de la vista es como conocemos el entorno apreciamos los colores formas dimensiones distancias, a través del oído es como sabemos si es grave o agudo si es alto o bajo su es estruendoso o armonioso, a través del gusto sabemos si es salado dulce desabrido amargo o picante, atreves del tacto sabemos si es frio o caliente , si es áspero o suave, toda esta información el algo que con los sentidos se confirma y los más importante es que es la forma propia de comprobar esta realidad. Gracias a estas herramientas realmente podemos contactar con el entorno y la realidad y así poder tomar decisiones en esta interacción, esta es la importancia de tener una práctica de la conciencia atreves de los sentidos y cada vez asegurarnos de lo real y de lo irreal, eliminar las distorsiones como lo son las drogas, y cualquier elemento que no nos permita este contacto, ya que desde asumir nuestra conexión con el entorno, podremos tener una mejor comprensión de nuestras interacciones, necesidades, deseos etc., y en el caso del el adicto una mejor forma de enfrentar su problemática de manera consiente. Escrito por: Isaac Martínez, psicoterapeuta

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